martes, 3 de julio de 2012

El Panadero y los Maestros Yogurteros


Érase una vez, hace mucho, mucho tiempo, en un reino muy lejano, vivía un Rey, y aunque no todo el mundo estaba de acuerdo con él, este lo intentaba hacer lo mejor posible.

En este Reino, habitaban los mayores maestros reposteleros del mundo mundial, y su especialidad era la elaboración de los yogures.  Venia gente de todo el mundo solo para probarlos y comprarlos.  Hacían yogures de todos los sabores, y todo con ingredientes naturales, nada de conservantes, ni colorantes, ni aditivos ni nada de eso.  Se podrían decir que eran yogures artesanos. Estos maestros de la reposteleria pertenecían a una Asociación y como no, se llamaba:”Asociación de Maestros Yogurteros de un Reino muy Lejano (AMYRL)”.



Como ya he dicho antes, el Rey intentaba hacer las cosas bien, y una de las primeras ordenes que hizo, al ver que mucha gente pasaba hambre, fue que los panaderos dieran todos los días pan gratis a todos los ciudadanos.  Pero alguno de vosotros pensareis ¿Entonces los panaderos se arruinarían? Púes no, lo que tenía que hacer los panaderos era llevar al Rey los recibos que les habían dado los ciudadanos conforme habían recibido el pan, y luego el Rey se los pagaban gracias a los impuestos que cobraba a todo el mundo.  Si un panadero había dado cinco panes, el Rey le paga esos cinco panes.  Y durante un tiempo la cosa fue muy bien.

Pero un día, a un panadero se le ocurrió lo siguiente: Todos los días doy seis barras de pan, y por ello cobro las seis barras.  Si diera más pan, me darían mas dinero, pero la gente ya tiene pan de otros panaderos. ¿Y si diera con cada barra de pan un yogurt? La gente me pediría a mi montones y montones de panes que luego yo iría al Rey y me pagaría todo el pan dado y así seria rico.

Y dicho y hecho, empezó a dar con cada barra de pan un yogurt, y así cada día empezó a tener mas y mas gente y el Rey le empezó a dar mas y mas dinero.

Por otro lado los Maestros Yogurteros empezaron a ver que cada vez se vendían menos yogures, aunque fueran cada día mas y mas buenos, así que un día se reunieron en la Asociación (AMYRL) y decidieron investigar para ver lo que pasaba.

No tardaron en descubrir el engaño, y todos juntos fueron a ver al Rey para explicarle que es lo que pasaba.  El Rey indignado, mandó llamar al panadero y le dijo:” Panadero, me has deshonrado y has deshornado a mi Reino, el dinero que te pagaba por el pan, no era para pagar también el yogurt que das, ninguno de mis ciudadanos tiene la obligación de pagar tus yogures, por eso te obligo a devolver todo el dinero que te he dado y te destierro para siempre por engañarme a mi y a mi pueblo”

Y así el panadero se fue, lejos, lejos y nunca mas se le volvió a ver.  Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Espero que os haya gustado el cuento que acabáis de leer, pero no tiene tanto de cuento como algunos de vosotros pensareis, y ahora os explicaré el porque.

Ese reino tan lejano, tan lejano, resulta que es España, los Maestros Yogurteros son los profesionales en esto de la Protección de Datos, la Asociación de Maestros Yogurteros de un Reino muy Lejano, es la Asociación Profesional Española de Privacidad (APEP), y el panadero es la empresa Conversia y la Fundación Tripartita.

            Dicha empresa hace cursos de formación en tema de Protección de Datos a los empleados de empresas y estos cursos están subvencionados a través de la Fundación Tripartita.  Son esos cursos que a las empresas no le cuestan dinero ya que va a cargo de la Seguridad Social.  Pues bien, hasta aquí todo correcto, el problema viene que a parte de los cursos, también hacen la Adaptación a la LOPD de las empresas, a coste cero, y eso creo que se llama fraude, ya que el dinero subvencionado es para cursos de formación, no para gestión y asesoramiento en temas de la LOPD.

Por lo que desde aquí también queremos decir: #LOPDcosteceroNO