Érase una vez, hace mucho, mucho tiempo, en un reino muy
lejano, vivía un Rey, y aunque no todo el mundo estaba de acuerdo con él, este
lo intentaba hacer lo mejor posible.
En este Reino, habitaban los mayores maestros reposteleros
del mundo mundial, y su especialidad era la elaboración de los yogures. Venia gente de todo el mundo solo para
probarlos y comprarlos. Hacían yogures
de todos los sabores, y todo con ingredientes naturales, nada de conservantes,
ni colorantes, ni aditivos ni nada de eso.
Se podrían decir que eran yogures artesanos. Estos maestros de la
reposteleria pertenecían a una Asociación y como no, se llamaba:”Asociación de
Maestros Yogurteros de un Reino muy Lejano (AMYRL)”.
Como ya he dicho antes, el Rey intentaba hacer las cosas
bien, y una de las primeras ordenes que hizo, al ver que mucha gente pasaba
hambre, fue que los panaderos dieran todos los días pan gratis a todos los
ciudadanos. Pero alguno de vosotros
pensareis ¿Entonces los panaderos se arruinarían? Púes no, lo que tenía que
hacer los panaderos era llevar al Rey los recibos que les habían dado los
ciudadanos conforme habían recibido el pan, y luego el Rey se los pagaban
gracias a los impuestos que cobraba a todo el mundo. Si un panadero había dado cinco panes, el Rey
le paga esos cinco panes. Y durante un
tiempo la cosa fue muy bien.
Pero un día, a un panadero se le ocurrió lo siguiente: Todos
los días doy seis barras de pan, y por ello cobro las seis barras. Si diera más pan, me darían mas dinero, pero
la gente ya tiene pan de otros panaderos. ¿Y si diera con cada barra de pan un
yogurt? La gente me pediría a mi montones y montones de panes que luego yo iría
al Rey y me pagaría todo el pan dado y así seria rico.
Y dicho y hecho, empezó a dar con cada barra de pan un yogurt,
y así cada día empezó a tener mas y mas gente y el Rey le empezó a dar mas y
mas dinero.
Por otro lado los Maestros Yogurteros empezaron a ver que
cada vez se vendían menos yogures, aunque fueran cada día mas y mas buenos, así
que un día se reunieron en la Asociación (AMYRL) y decidieron investigar para
ver lo que pasaba.
No tardaron en descubrir el engaño, y todos juntos fueron a
ver al Rey para explicarle que es lo que pasaba. El Rey indignado, mandó llamar al panadero y
le dijo:” Panadero, me has deshonrado y has deshornado a mi Reino, el dinero
que te pagaba por el pan, no era para pagar también el yogurt que das, ninguno
de mis ciudadanos tiene la obligación de pagar tus yogures, por eso te obligo a
devolver todo el dinero que te he dado y te destierro para siempre por
engañarme a mi y a mi pueblo”
Y así el panadero se fue, lejos, lejos y nunca mas se le volvió
a ver. Y colorín colorado este cuento se
ha acabado.
Espero que os haya gustado el cuento que acabáis de leer,
pero no tiene tanto de cuento como algunos de vosotros pensareis, y ahora os
explicaré el porque.
Ese reino tan lejano, tan lejano, resulta que es España, los
Maestros Yogurteros son los profesionales en esto de la Protección de Datos, la
Asociación de Maestros Yogurteros de un Reino muy Lejano, es la Asociación
Profesional Española de Privacidad (APEP), y el panadero es la empresa Conversia
y la Fundación
Tripartita.
Dicha
empresa hace cursos de formación en tema de Protección de Datos a los empleados
de empresas y estos cursos están subvencionados a través de la Fundación Tripartita. Son esos cursos que a las
empresas no le cuestan dinero ya que va a cargo de la Seguridad Social. Pues bien, hasta aquí todo
correcto, el problema viene que a parte de los cursos, también hacen la Adaptación a la LOPD de las empresas, a coste
cero, y eso creo que se llama fraude, ya que el dinero subvencionado es para
cursos de formación, no para gestión y asesoramiento en temas de la LOPD.
Por lo que desde aquí también queremos decir: #LOPDcosteceroNO